La NBA. Ese deporte americano que patrocina el banco español BBVA, es el arquetipo de lo que pasa en el periodismo deportivo patrio. La liga americana de baloncesto aparece más en los informativos que la propia liga española. Kobe Bryant ha vuelto a jugar después de una gran lesión, enorme partido de Marc Gasol, le pitan a Pau en Los Ángeles los hinchas desagradecidos… a poco que veas los informativos estas 3 cosas te suenan.
Pero ¿Cómo se informa de la NBA? Pues emiten las 3 mejores jugadas de la jornada, si se enzarzan en alguna pelea, y lo que han hecho los españoles allí. Pero no todos los españoles, sólo los mediáticos, no hay tiempo para Víctor Claver.
¿Y los resultados de los partidos? ¿Y la clasificación? ¿Y los traspasos? ¿Y los drafts? Nada de nada… Importa el espectáculo y punto. Se ha reducido la información deportiva a los vídeos de Impacto TV en formato deportes. Es más fácil que emitan cualquier vídeo de esas competiciones de Red Bull sobre la nieve donde acaban todos por el suelo, que un resumen del duelo entre Baskonia y Valencia Basket que ganan en el último segundo los valencianos (segundos en la ACB).
Entre los gurús del periodismo deportivo se ha instalado una máxima peligrosa, entretener antes que informar. Y así hacen en las radios nacionales donde no te narran los partidos, hacen una tertulia de humor sazonada de chillidos tipo: «Ay mi madre, que viene el bicho». La máxima expresión del «nuevo periodismo deportivo» llega a los informativos televisados, donde se montan campañas, debates y miles de vídeos sobre la supuesta tristeza de Cristiano Ronaldo, mientras que la audiencia no sabe quien es su compañero Carvajal. Y ese virus se está extendiendo poco a poco a más radios, al resto de cadenas antaño serias, e incluso a los periódicos que buscan el titular «amarillo» o «sensacionalista» por encima de la información.
Entiendo que conforme está el personal hay que entretener, pero se puede hacer entretenida la información. Cuando era un adolescente y escuchaba el antiguo Carrusel, veía los deportes (antiguos) en Canal 9, Estudio Estadio o el Día Después, me entraban unas ganas irrefrenables a formar parte de ese gremio. Por no decir lo que sentía al escuchar La Taula Esportiva. Ahora busco sin mucho éxito refugios de información de calidad alejados de la nueva doctrina del «show must go on».
Y no quiero detenerme en el paradigma del abandono de la información por los gritos: las tertulias deportivas televisadas, porque eso no es periodismo. Hasta las tertulias medianamente buenas, tienden a contagiarse de la simplificación al absurdo y a la porfía machacona del Messi – CR7. Unos debates, unas informaciones, un espectáculo, que llevan irremediablemente a un pseudo-periodismo deportivo envilecido, servilista, nímio y superfluo. En el que los minutos de la basura, que en la NBA se utilizan para los novatos o los jugadores secundarios, se reparten como migajas entre los 17 equipos que no ocupan las 3 primeras plazas de la clasificación. Lástima que algunos de esos equipos vilipendiados, denostados y ninguneados a nivel nacional no hayan estado a la altura cuando un medio que sí informaba sobre ellos, como era RTVV, haya sido vilmente callado.