En castellano también se usa el dicho que tantas veces he oído en mi pueblo «qui té padrins es bateja» y que es uno de los refranes más acertados del refranero mundial, al menos aplicado a los españoles. He podido pasar unos días con amigos de Sevilla, Barcelona y León, y todos cuentan historias de sus trabajos que demuestran que vivimos en el país del enchufismo. Es un mal extendido, pero especialmente grave en el caso de la administración pública. Que alguien enchufe en su empresa privada a su hijo, a su primo, a su amante o a su camello me la trae al pairo, pero cuando 68 asesores sin graduado escolar han sido enchufados en el gobierno de Rajoy, entonces ya me toca más la moral. Seguramente algunos de ellos estén muy preparados para asesorar al gobierno, y de ahí que asesoren cosas como que hay que «vender» a cualquier precio la idea de que ya estamos recuperándonos, de que España crece y de que estamos saliendo de la crisis. Puede ser que hayan recuperado a alguno de aquellos que asesoraban al PSOE negar que había crisis en España, porque ambas son falsas ilusiones, mentiras que por repetidas jamás llegarán a ser verdad.
Seguramente esos mismos asesores le digan a Montoro que contradiga los informes de Cáritas que señalan que somos el segundo país de Europa, por detrás de Rumanía, con mayor índice de pobreza infantil. Contradecir a la oposición es fácil, les dices que es culpa de Zapatero, de los masones, de los comunistas cubanos y listo, pero contradecir a los curas (Cáritas es una asociación de la iglesia) tiene bemoles. Esos serán los asesores que le dicen a la señora Ana Botella lo de «relaxing cup of coffee», bueno esos no, los del relaxing eran otros con sueldos millonarios. Que dicho sea de paso el café es excitante no relajante, pero ella que opina que los condones son obra del diablo no va a saber de las propiedades de la cafeína.
El enchufismo es un mal endémico en nuestra tierra, igual que la picaresca, la corrupción y el desempleo. Es un mal que provoca que mucha gente cualificada emigre, o se quede sin trabajar, mientras mediocres con «padrino» ocupan cargos de responsabilidad. En EE.UU existe una teoría que aboga porque los cargos intermedios los ocupen las personas más inútiles, ya que las decisiones importantes las toma el jefazo, y los que hacen el trabajo real son los curritos. Es una teoría en parte absurda, pero que parece que se cumple en muchos casos en nuestro propio país, con jefes «digitales» que sólo hacen que molestar. Y no hace falta irse muy lejos, en RTVV los vimos en primera persona. Unos jefes que en muchos casos formaban parte del 3% de empleados que tenía potestad de contratar como personal de confianza el director del ente. Unos trabajadores que estaban puestos a dedo como jefes, por un jefe que estaba puesto a dedo por el gobierno, y que curiosamente son despedidos por el gobierno que los ha puesto. Eso sí, aunque los sindicatos ofrecían que ese personal de confianza responsable en muchos casos de la manipulación y de la deuda se quedara sin cobrar el despido, para ahorrar así un dinero a la administración, la empresa se ha negado en redondo ¡Cómo vamos a negar dinero a quienes tan buen servicio nos han prestado! Ese mismo partido que critica con razón los EREs de Andalucía porque han beneficiado a muchos enchufados socialistas, protegen a sus enchufados en todos los demás EREs. Bonita hipocresía. Lo que de muestra que cualquier gobierno que se eterniza en el poder acaba corrompiéndose, sea del partido que sea, y acaba contradiciéndose y justificando lo injustificable.
Pero como dijo Emiliano Zapata «El mal gobierno impone a los más, la ley de los menos». Y nuestros gobiernos no escuchan a la gente, la golpean cuando se manifiesta, la criminalizan llamándoles «radicales violentos de izquierda» cuando gritan, salvan a los bancos causantes de la mayor estafa en la historia de España, y permiten que esos bancos tiren a la gente de sus casas. Ese es nuestro gobierno señores, un gobierno corrupto tanto en Andalucía, como en Cataluña y especialmente en la Comunitat Valenciana, que se ríe de la iglesia cuando dice que tenemos pobreza infantil pero que la escucha cuando esta le pide que prohíba y penalice el aborto. Yo tengo constancia de algunas de esas prácticas que me cuentan amigos abogados, policías, periodistas, empresarios, políticos y funcionarios varios. Y os digo una cosa, si la gente estuviera informada, si a la gente le llegara el grano entre tanta paja, estoy convencido de que en este país haría años que hubiera limpiado a la gentuza que ocupa los cargos públicos y que se enriquece del esfuerzo de los demás. Somos uno de los países que más carga impositiva tiene, y a cambio con nuestros impuestos mantenemos a gente como Carlos Fabra, que hacen aeropuertos sin aviones, y que se vanaglorian de haber enchufado a centenares de personas en la administración.
Y para acabar una matización, el boca a boca no es enchufe. En el periodismo como en tantos otros sectores, se contrata por la reputación, por lo que te cuentan los compañeros del trabajador a quien quieres contratar, y también por confianza. Pero una cosa es contratar por recomendación de méritos, y otra muy diferente es contratar a alguien por ser hijo de, amigo de, amante de o camello de. Ojalá alguien me recomiende y vuelva a trabajar de periodista deportivo, pero me niego a escuchar a esos que me dicen una y otra vez: «no critiques tanto que nadie te contratará», porque si es para ser un periodista marioneta, yo paso.
Es lo que tiene un pueblo que poco ama el trabajo: busca los buenos puestos para medrar trabajando poco y con la paga asegurada mejor o peor. Es España y los españoles, un pueblo de gente muy cómoda.