El paradigma de la sandía sin pepitas

 

En el mundo actual, conforme está planteado, donde lo importante es crecer sin mesura y consumir para seguir creciendo sin mesura. Los alimentos son productos, y como todos los productos están sujetos a las leyes del mercado. Eso significa que hay que vender mucho y rápido, y el resultado del consumo masificado de frutas nos lleva a productos muy llamativos, con grandes envoltorios, y en la mayoría de los casos de poco sabor. En los mercados se sigue consiguiendo fruta y verdura de calidad y sabor, pero en las grandes superficies había desaparecido la calidad, ahora todo lo que se comía era el equivalente musical de Britney Spears y Bustamante, productos de la industria. Pero los consumidores no son tontos, y paraban a comprar la fruta en la frutería de la esquina del súper cada vez más, estaba en marcha la revolución de los sabores.  consumismo

En el supermercado donde suelo hacer la compra, Consum para más señas, lo han visto venir, y estoy notando esos cambios: los productos frescos que van a caducar, los venden al 50% el día de antes, siempre es mejor que tirarlos a la basura. Han introducido unos productos americanos que supongo que les gustará a la generación del Disney Chanel como el «Maple Syrup» (Sirope de Arce, este me gusta a mi) y la «Manteca de Cacahuete» (asqueroso), además de otros productos para la amplia colonia sudamericana que habita en España como el «Agua de Coco» (en lata) y el «Mate». Mientras se vendan, supongo que estarán a la venta.mapple syrup

Por otro lado y hablando de frutas y verduras, han realizado algo que me llena de felicidad, han vuelto a ofertar frutas con sabor. Durante años he luchado por conseguir tomates que supieran a tomates (y no los famosos tomates canarios), algo imposible durante años en el Mercadona o en el Carrefour. Y primero los raf, luego los kumatos y ahora los valencianos del Perelló empiezan a satisfacer mi necesidad de saborear un tomate en condiciones. También ofrecen la posibilidad de comprar (en temporada) fresas valencianas, que sin ser fresas silvestres ni fresas garriguetes o belrubi (variedades francesas de mucho sabor) son enormemente más sabrosas que los fresones. *Un inciso, se habla mucho de los 3 camiones de fresas que unos agricultores franceses volcaron. Estuvo mal, pero ellos consiguen protección para los productos de su país, nosotros (y hablo de los valencianos en particular) dejamos que vendan como naranja valenciana la marroquí, la chufa y el arroz de Egipto se mezclen casi sin control con el autóctono, y que los garrofons peruanos campen a sus anchas por nuestras paellas. (En otros regiones les pasa lo mismo con las olivas de marruecos o los espárragos del Perú). Quejémonos de esas prácticas poco éticas que realizan los empresarios de la agricultura, y así mejoraremos las condiciones de los agricultores de verdad y la calidad de nuestros productos. (vuelvo al tema)DSC_0136

Así que estoy entusiasmado redescubriendo sabores, porque señores, en una sociedad donde no hay sabor no hay alegría. Y ya no quiero ni pensar en una sociedad como en la que se vivía aquí hace 30 años (o se vive en gran parte del mundo), donde se llevaba siglos estigmatizando el sexo, hasta convertirlo en pecado. En ese sentido los nórdicos lo tienen claro, importan solo las mejores frutas, y no tienen tantos problemas sexuales, además de ser poco corruptos, eso debe de ser lo que hace el frío y la evolución. Pero no somos nórdicos ni prácticos, somos una sociedad corrupta y desgraciadamente todavía compramos por la vista. Las manzanas más bonitas son las que antes se venden, y normalmente las que están «picadas» son las más dulces. Una amiga que trabaja en ese campo, me cuenta que los kumatos, tomates valencianos o los raf son muy difíciles de vender en Francia porque no son rojos ni bonitos. Y que a diario se envían para zumo o compota un montón de frutas buenísimas porque tienen alguna pequeña imperfección en la piel (de ahí que las mermeladas estén tan buenas).fresas

Y ahora voy a las sandías, que el título no es baladí, porque son un ejemplo de algo, y no acabo de entender de qué. Hace 33 años, bonita edad, se introdujeron en España las sandías sin pepitas, que se llevan cultivando desde los años 30 del pasado siglo en Japón. A todos los niveles, sabor, color, calidad, propiedades… son iguales que las anteriores. El hombre modificó las semillas de las sandías originales desde la antigüedad hasta conseguir unos sandiones enormes. Igualmente mediante la hibridación se consigue la sandía sin pepitas, que es igual de «natural» (difícil palabra) que la otra. En la cuna del consumismo, EE.UU, el 90% de las sandías que se venden son sin pepitas, unas pepitas que te sirven para crear nuevas sandías, pero si no es el caso, lo único que pueden hacer las pepitas es atragantarte. sandias

Pues parece ser que últimamente se vuelven a vender más las sandías con pepitas, y piensas, si están buenas pues no pasa nada, pero no es así. Demostrando que son de la misma familia que el pepino, hay muchas sandías «desaborías» en el mercado. Lo cual en verano es una tragedia sin parangón, no ya por las cualidades beneficiosas de la sandía, sino por el que diantres hacer con el resto de los 10€ de la enorme sandía insulsa. Independientemente de que te guste hacer concursos de escupir pepitas o seas más práctico y evites que te crezca una sandía en el intestino (es broma, eso no pasa) te gustan las sandías sabrosas. Y me da a mí que tenemos una involución, y los de Monsanto han hecho una planta de sandía que resiste mucho y da muchos frutos, pero esos frutos son pepinos…

PD. Si queréis saber más sobre las sandías sin pepitas, este artículo es perfecto. Y sé que más de un@ estará ansioso por comerse una rica sandía después de leer el artículo. Salud.

 

Un comentario de “El paradigma de la sandía sin pepitas

  1. Pues muy mal, porque aquí se habla de sandías y en ningún momento se hace referencia a mi persona. A mí, que soy experta en la cata de sandías y sufridora de sus pepitas. A mí, que desde un principio de temporada he estado consumiendo esta fruta y tan solo una, o dos, si apruebo a otra por compasión, me han salido buenas porque el resto me han salido todas horrorosas. A mí, que tanto te he dado, que no sabías que si se plantaba una pipa de sandía te crecía otra sandía. A mí, que te llamo guapo porque lo eres. A MÍ, a mí no me has mencionado y aún así, pues oye, me ha encantado tu artículo. Muy interesante e imprescindible para el ciudadano.

    ¡Un besito, coliflor!

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