Señores y señoras, pasen y disfruten del maravilloso mundo de comer arroz hasta que te salga por las orejas. Dicho así no parece maravilloso, pero lo es. Lo es tanto que tras comer 6 preparaciones distintas de arroz, quieres el postre con arroz, un vasito de licor de arroz e incluso desayunar arroz inflado azucarado. El mundo del arroz es un mundo lleno de posibilidades que exprimen al máximo algunos cocineros valencianos en sus verticales de arroz. Yo recientemente he podido degustar dos, y sigo extasiado, volando en una nube de algodón de azúcar, salivando mientras rememoro los sabores…
Lo haré breve para no cansar y no dar mucha envidia. La primera «fartà» fue la del restaurante de Cullera Eliana Albiach que cumplía 10 ediciones con su Arrosària. Referentes del buen arroz en Cullera, además del restuarante Eliana Albiach, durante el verano cocinan en el Hotel Midaterraneo una cocina tradicional, con sus paellas y demás; y en el gastrobar Moorea una cocina más de vanguardia. Y su arrosària busca, con la colaboración de otros chefs, crear platos muy sofisticados y visuales con distintos tipos de granos de arroz.
Como inicio de las 6 preparaciones de arroz, que disfrutamos con vistas a la Ciudad de las Ciencias, tomamos unos originales papeles de arroz. Luego llegaron un par de preparaciones de mar, visualmente fantásticas, y muy novedosas en el paladar. La mezcla del basmati con salmón, guacamole y melón fue de los más refrescante y funcionaba de maravilla. Y visualmente el té verde con los animalitos de mar era una auténtica «animalà», con todos los sabores muy potentes.
Luego llegaron los dos platos fuertes, las estrellas del menú. Una ostra francesa con su toque citríco y el sabor diferenciante de la horchata de arroz. Para dar paso a un cremoso arroz con magret de pato y texturas varias del que es imposible cansarse, una locura. El postre de contraste dulce-ácido también de un nivel excelente, se nota que Juan Albiach es uno de esos cocineros que aman también la repostería.
Todo los arroces en su punto, y debidamente maridados con vinos del campo de Borja. Una manera diferente de comer arroces del mundo y de descubrir las infinitas posibilidades de este cereal.
Pero poco después tuve la suerte de poder repetir vertical, en este caso en La Pitanza. También 6 elaboraciones de arroz, en este caso jugando con productos más habituales en nuestra tierra, con el afán de reinventar elaboraciones más tradicionales.
Para empezar un arroz con erizo de mar y calamar, con un potente y equilibrado sabor a playa, y maridado con un sorprendente blanco llamado Louro de Valdeorras. Luego un arroz de caza y castañas para casarse con él, y acto seguido un tercero que resultó el más sorprendente de toda la comida: arroz del Casino de Sollana. Con los recuerdos de su cuando su abuelo regentaba el Casino de Sollana, Belén Mira ha creado un arroz con pato en dos texturas (confit y fresco), anguila en dos texturas (ahumada y fresca) y un suave toque de licor café. El socarrat de este arrocito casi me saca una lágrima.
El cuarto se llamaba all i pebre de cocochas, donde se sustituye el hidrato de la patata por arroz, y la anguila por cocochas, pero el sabor es sorprendentenente parecido al de un all i pebre. Y con el quinto de la tarde llegó otro Miura: un arroz de blanc i negre. Como si se tratara del típico bocata fallero, el arroz de blanc i negre aunaba el embutido con unas habitas tiernas, y una ligera «ajonesa» en el fondo para sorprender desde la tradición, fantástico. Y para acabar un clásico de la Pitanza, el siempre acertado arroz de setas y codorniz.
De postre nos ahorramos el arroz y degustamos una torrija, acompañada con una mistela tinta. Los vinos de Álvarez Nölting acompañaron de manera notable a una gran vertical.
Espero que estas elaboraciones os inspiren a crear nuevos arroces. Yo por mi parte sólo os puedo decir una cosa, si tenéis oportunidad no dejéis de catar verticales de arroz. Las dos que yo he tenido el enorme placer de degustar me dejaron con ganas de más. Y teniendo en cuenta lo que llena el arroz, quedarte con ganas de probar más arroces es sinónimo de haber disfrutado mucho. Bon profit.