Cuando llegan las elecciones te das cuenta de lo complicado que es generalizar cuando hablamos de España. Somos un país demasiado complejo, lleno de matices, rico en cultura y tradiciones: como para poder meternos a todos en el mismo saco. No hablamos igual, no pensamos igual, y aún así tenemos en común mucho más que un territorio compartido, una historia milenaria, o una lengua vehicular. Así que me dispuse a buscar puntos en común para Matador Network donde publiqué este artículo, en el que busco esos puntos en común en tono de humor. Luego me comentas cuantas de estas cosas has hecho ya, y cuantas te quedan por hacer:
1.- Decir Pamplona con la boca llena de polvorones
No es tarea fácil por lo que te recomendamos que lo hagas delante de mucha gente. Igual el polvorón se te cae, pero las risas de toda la familia serán impagables.
2.- Leer el Quijote
Vale que es muy difícil, vale que es un español muy antiguo, pero ya hay una versión adaptada para que todos podamos leer la obra cumbre de la literatura española. No vale la verse la peli, que nos conocemos.
3.- Discutir sobre vino con un francés
Es indispensable recalcar que los vinos de España son mucho mejores que los franceses, mucho más baratos, y mucho más variados. Para acabar la discusión es necesario recordar que el Tour de Francia y el Roland Garros lo celebran los franceses y lo ganan los españoles.
4.- Hacer reír sin querer a un cualquier hispanohablante no español
Servirá hablar normal, e introducir en una conversación frases como “voy a coger el autobús”, “me voy a ligar al bar”, “me encanta la papaya de postre” o “me he comprado una chaqueta con cuello de pico”.
5.- Cocinar una tortilla española
Luego ya discutiremos si le ponemos cebolla o la hacemos sólo de patatas, pero un español no puede morir sin dominar el arte de cocinar una buena tortilla española.
6.- Recorrer el camino de Santiago
Al menos una vez en la vida has de recorrer un parte del camino de Santiago. Como mínimo los 120 kilómetros necesarios para recibir la compostelana, pero puedes elegir cualquiera de los diferentes caminos y distancias. Y si vas soltero, ten cuidado, que igual vuelves emparejado.
7.- Engullir las uvas en Nochevieja
Hay que lograrlo, superar el reto, al menos una nochevieja hay que lograr tragarse las 12 uvas de la suerte sin atragantarse. El cotillón y la copa de cava de después son opcionales, el empacho a uvas en cambio es obligatorio.
8.- Contar un chiste de “chiquillo”
“Esto era un fistro de la pradera, a jarl, e pech, agromenagüer…» o soltar cualquiera de sus frases míticas como “al ataquerrr”, “no puedo, no puedo”, “hasta luego Lucas”. Pueden parecer creaciones ridículas, pero son genialidades que te liberan del estrés nada más pronunciarlas.
9.- Comprarse un jamón con jamonero.
Sirve desde un jamón de Jabugo a uno más “normalito”, lo importante es acercarse como al botiquín: cada ocho horas a cortar unas lonchas finas finas.
10.- Acudir a un encierro de los San Fermines
Toros, comida, bebida, música, fuegos artificiales, alegría, calor, risas y muchos guiris. Ninguna otra fiesta resume como esta la idiosincrasia de todas las demás.
11.- Disfrazarse en carnavales
Si no te has disfrazado en carnavales mejor ve preparando un disfraz para el año que viene. Hay innumerables fiestas del carnaval por toda la geografía, y en todas se lo pasa uno de maravilla pretendiendo ser Jack Sparrow, un bruja o un hippie.
12.- Acabar una ruta de bares
La ruta del berberecho, la de la tapa, la calle Laurel entera o una inventada, una vez en la vida has de proponerte consumir tapa y cerveza/vino en un mínimo de 20 bares con los colegas, y acabar de pie para contarlo.
13.- Echarse una siesta de “pijama y orinal”
Esas siestas que duran tres horas y para las cuales te pones el pijama, te tapas con la mantita y apagas el teléfono. Igual te levantas más cansado que antes, pero podrás presumir de tu “hazaña” vespertina.
14.- Beber vino mezclado con alguna bebida azucarada.
Ya sea con refrescos de cola o limón, con gaseosa, o en forma de sangría: a los españoles nos encanta beber vino “peleón” mezclado con azúcar. El día que en Asia descubran el Kalimotxo se acaban las reservas mundiales de vino.
15.- Hacerte pasar por italiano
Es muy habitual que nos confundan por italianos cuando salimos de España, en ese momento es cuando tenemos que decir “buongiorno” y hacernos pasar por italianos, ya verás cómo de repente te encuentras moviendo las manos cual Eduardo Manostijeras.
16.- Vivir una puesta de sol en la Alhambra
Es nuestro monumento más visitado, una auténtica joya de visita obligada para todos los habitantes de España. Y si además te prometes en matrimonio desde el mirador, tienes asegurado un recuerdo para toda la vida
17.- Visitar las 17 comunidades autónomas
Ceuta y Melillas las pondremos como puntos extra, pero desde Canarias a Galicia, pasando por Murcia o La Rioja, es obligatorio conocer (y disfrutar) las 17 comunidades autónomas. Seguro que descubres un país mucho más precioso y variado de lo que jamás imaginaste.
18.- Cantar el “Asturias patria querida”
No importa que jamás hayas pisado Asturias, basta con que escancies un poco de sidra y entones el “Asturias patria querida, Asturias de mis amores…”
19.- Celebrar un título en la calle
Ya sea el ascenso del Conquense a Segunda B, o la victoria del equipo de solteros contra el de casados de la oficina: todo español debe celebrar algún hito deportivo en la calle, con bufandas, dando vueltas en el coche e incluso bañándose en la fuente del pueblo.
20.- Irse de fiesta a Ibiza
Es el epicentro de la fiesta en Europa, la meca del baile durante el verano, sus fiestas y sus playas son míticas y aunque sea sólo por criticar tanta banalidad, has de acudir alguna vez a vivir una noche loca en la isla del exceso.
21.- Nadar en la playa en “bolas”
Fuera el pudor y los complejos, al menos una noche de verano hay que experimentar eso de nadar como “Dios nos trajo al mundo”. Por falta de playas para “liberarse” no será.