Sonar mejor o peor es algo subjetivo. Aun así, me atrevo a afirmar que hay palabras o conceptos que suenan mejor en unos idiomas que en otros. Por ejemplo, las palabras saudade (‘melancolía’) o feitiço que significa ‘hechizo’ en portugués, y da origen a la palabra fetiche. Camouflage o voyeur (‘mirón’) del francés, el alemán kaputt para referirse a algo roto, o tantas palabras inglesas que nos han invadido como bullshit (literalmente, ‘mierda de toro’) para referirse a una mentira, o hater para aquel que odia mucho alguna cosa. Del italiano me parecen insuperables el verbo spechiare para mirarse hedonistamente al espejo, o biscotto (literalmente, ‘bizcocho’) para hablar de un amaño o tongo. En castellano tenemos muchos ejemplos de palabras insuperables como: duende, siesta, zalamero, corazonada, chichón, sobremesa, friolero, enredadera, efímero o engatusar. En valenciano también las hay, así que he hecho una selección de palabras que definitivamente suenan mejor en valenciano.
Bambar
Pasear sin rumbo, vagar, rodar, dar un paseo o deambular sería el significado de este verbo que suena tan musical, “¡para bailar la bamba!”. Por cierto, en francés tienen una palabra, flâneur, para designar a aquel que bamba mucho, un deambulante contemplativo.
Nyespla
¡Zasca! Cuando te pegan una leche o un tortazo, en valenciano decimos que te han pegado una nyespla, o nespla. Palabra muy sonora que prefieres oír que sufrir.
Furgadents
El término palillo es simple y conciso, pero puede llevar a equívoco. En cambio furgadents, literalmente ‘hurgadientes’, no puede ser otro objeto que el mejor amigo de la oliva del vermut. Por cierto, media España la llama aceituna, y la otra media oliva.
Socarrat
El caviar valenciano es ese arroz que se queda tostado al fondo de la paella. El socarrat, literalmente ‘requemado’, tiene en su interior la sonoridad del crepitar final de una buena paella cocinada a leña.
Romancer
La palabra es tan gráfica que en muchas zonas castellanohablantes de Valencia se ha castellanizado como romancero. Pero no penséis en los poemas de Lorca, un romancer es el que te cuenta historias inoportunas, romances, que utiliza para poner alguna excusa.
Micotiua
Los diminutivos nos encantan, así que una micotiua es una cantidad muy pequeña, ínfima. Pronunciado siempre con la boca pequeña, imposible pronunciar esta palabra diminuta con la boca muy abierta.
Rosquilleta
A ver, lo que en Valencia se llama rosquilletas por ahí tiene otros nombres ¡¡¡No es pan de pipas, no es un grisín, ni un palito de pan, es una rosquilleta!!! Y tiene un nombre precioso que debería de ser adoptado mundialmente.
Oroneta
Es la palabra valenciana para una nombrar a la golondrina. Como además les oronetes forman parte de la cerámica tradicional, pues se ha convertido en una palabra a la que le tenemos mucho cariño.
Guirigall
Simplemente diciéndola ya montas un guirigall. Cuando hay mucha algarabía, ruidos continuos, jolgorio y confusión, hay un guirigall. O también mucho rebombori, que es otro vocablo muy onomatopéyico para nombrar algo que a los valencianos nos encanta, el bullicio y la parranda.
Guaixat
La traducción sería ‘rechoncho’, ‘regordete’ o, usando un eufemismo, ‘fuertecito’. Estar guaixat es muy habitual, podemos llamarlo estar fofisano, pero no deja de implicar cierta curva de la felicidad, y tiene una sonoridad tan inglesa que maravilla.
Bac
Esta palabra es tan onomatopéyica que resulta perfecta. Un bac es un porrazo, el golpe tras caída que suena así, ¡bac! Famosos también son los petardos conocidos como trons de bac y que explotan sin mecha, por el golpe.
Esmusar
Sólo con oírlo me esmusa, que es el equivalente valenciano a ‘dar tiricia’. También sirve como sinónimo para dar dentera, porque pocas cosas esmusan más que pegarle un mos a un limón muy verde.
Gràcies , Vicent pel teu treball , no podem perdre el nostre idioma comú.
Sóc de Mataró i els meus ascendents d’Alacant que vàren venir a Catalunya després de la guerra civil, per xò la meva estima pel valencià. Salut.
T’han faltat dos, trellat i galtà, que també són bons exemples, a seguir.